Carta de un padre a su
hijo, para que él nunca muera
Hijo mío: Cuando pensé en tenerte
nunca
creí que recién iba a nacer
al
oír tu voz, al mirar tus ojos,
al
ver tu amor dibujado en la pared del
tiempo,
al sentir tus
pasos sobre el río
al
construir tus murallas de cristal
sobre
el mar…
Me enseñaste a amar
la sabiduría de tus pupilas
y la naturaleza de tus versos
Si se destruye el Universo
con una pintada de tu mirada
lo re-creas en un tercio…
Sólo tú eres el Quásar del viento
sobre
ti, su inmortalidad construyó el Tiempo.
Eres Eterno, cual Dios de bolsillo
Eres mi Dios, mi anhelo
mi
mejor poema
mi
hijo.
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